Sureda García, B. (1999). Extensión universitaria y lucha contra la mortalidad infantil: la gota de leche de Mahón (1904-1913). In La Educación en España a examen (1898-1998): jornadas nacionales en conmemoración del centenario del noventayocho (pp. 103-112). Ministerio de Educación y Cultura.
Uno de los tópicos que encontramos en el discurso regeneracionista es el que relaciona los altos índices de mortalidad infantil existentes en la España de finales de siglo XIX y principios del XX con la falta de cultura. A la hora de abordar el problema de la mortalidad infantil y de proponer soluciones durante el periodo de transito entre los dos siglos confluyen enfoques diversos que coincidirán en defender que además de la mejora de las condiciones sanitarias era imprescindible incrementar la formación higiénica de las madres. Esta conclusión se fundamenta especialmente en dos corrientes de opinión desarrolladas a lo largo del siglo XIX y que habían mantenido a lo largo de su conformación importantes relaciones: el higienismo y el regeneracionismo pedagógico y educativo. Como ha señalado J. Bernabeu, analizando la relación entre higienismo y pensamiento demográfico y a partir de estudios recientes sobre la configuración del pensamiento higienista español (Gonzales de Pablo 1995; Barona y Llorent 1997; González de Pablo 1995) el desarrollo del pensamiento higienista en la segunda mitad del siglo XIX supuso la construcción de un aparato doctrinal que superó el estricto ámbito de la ciencia y se convirtió en un instrumento para fundamentar la actuación en los más diversos espacios de la vida publica y privada. El higienismo será uno de los fundamentos del programa de regeneración social que se planteará a finales del XIX y su influencia despertará el interés hacia temas directamente relacionados con la demografía como el control de mortalidad, eugenesia, higiene de la maternidad y del matrimonio, etc. (Bernabeu Mestre, s.d., p. 2-3). Por otra parte, el reformismo pedagógico, en su doble vertiente paidológica y de regeneracionismo educativo, destacará la importancia de mejorar las condiciones de vida de los niños. Igualmente se preocupa de contribuir a su desarrollo desde el nacimiento, atraerá la atención hacia las madres como primeras educadoras de sus hijos y insistirá en que muchos de los males que se padecen se deben a la falta de cultura e instrucción de la población. Las relaciones entre higienismo y pensamiento pedagógico renovador en España fueron importantes desde los orígenes del pensamiento educativo liberal como han señalado autores como Martinez Navarro (1983, 1985); Canes Garrido (1992); Benso Calvo, Pereira Domínguez, (1992), Oliver Jaume (1992). Debe recordarse la preocupación higienista y la atención a las cuestiones relacionadas con el desarrollo físico que encontramos en Pablo Montesino y que de forma tan importante influyeron en la primera legislación educativa liberal 1. El interés por mejorar la salud y las condiciones de vida de los niños formó parte del discurso reformador de los hombres de la Institución Libre de Enseñanza. En este grupo este interés se traduce en reclamar mejoras higiénicas en los locales de las escuelas y también en el interés por el ejercicio físico, las excursiones, las colonias escolares, etc. Un interés que se acentuó aun más desde la pedagogía, a principios de siglo, con la difusión de las ideas de la Escuela Nueva y la publicación de obras como la famosa de Ellen Key El Siglo de los Niños que se traduce en España ya en 1906. (Fernández Soria; Mayordomo Pérez, 1984). La consolidación, durante las últimas décadas del siglo XIX, del concepto de la infancia como una etapa claramente diferenciada del adulto y que condicionaba el desarrollo intelectual, físico y moral posterior contribuyó tanto a la configuración de nuevos planteamientos educativos como a la difusión de los conocimientos de pediatría y puericultura. (Rodríguez Ocaña, 1996).
Al mismo tiempo los proyectos regeneracionistas planteaban la necesidad imperiosa de corregir las graves deficiencias formativas de la población española. En el caso de la lucha contra la mortalidad infantil, la difusión de la instrucción y el desarraigo de la ignorancia y superstición no solo influiría genéricamente en la regeneración moral económica y social evitando las causas de la mortalidad que se sustentaban en la degradación de las costumbres, especialmente entre las clases trabajadoras, sino que actuarían directamente sobre las deficiencias higiénicas y especialmente las relacionadas con la mala alimentación que eran consideradas la causa más evitables de la muerte de los niños durante los primeros años de la vida. (Bernabeu, 1994). Como señalaba el Dr. Rafael Ulecia y Cardona, en 1903 de entre las causas de mortalidad infantil: ninguna (…) tan palmaria y evidente, como la inobservancia por parte de las familias, de las reglas higiénicas que a la alimentación del niño se refieren” (Cohen Amselem, 1996). Los efectos nocivos de algunas practicas tradicionales, mantenidas por la incultura, en la alimentación de los niños de pocos meses eran denunciados a finales de siglo por autores como V. Miró Laporta (Miró, 1899). La relación entre analfabetismo y mortalidad infantil fue puesta de manifiesto a principios de siglo por autores como Ricardo Revenga (1904) que comparó estadísticamente ambos fenómenos. (Lopez Nuñez, 1992, p. 157). Otro de los autores que planteó la formación de las madres como instrumento eficaz de lucha contra la mortalidad infantil fue el medico Enric Alabern Sáez creador de la Gota de Leche de Mahón al que después me referiré ampliamente. Es preciso indicar que la atención hacia el problema de la mortalidad infantil y el estudio de sus causas, que se da desde finales del siglo XIX y a principios del XX, al plantear la posibilidad de evitarlas mediante la aplicación de normas higiénicas y sanitarias elementales contribuirá a una revisión de los esquemas tradicionales en relación con la educación de la mujer. Sin que se rompa la tradicional distribución de roles entre el hombre y la mujer, que incluso para algunos higienistas o moralistas de la época, como ha indicado E. Rodriguez Ocaña (1996, p. 168), debe verse reforzada relegando a la mujer exclusivamente a la función de reproducción y de cuidado de los hijos, también es cierto que por primera vez la función de madre no puede fundamentarse exclusivamente en virtudes que se consideraban imantas de la mujer y que podían desarrollarse solo con una correcta educación moral. Situación que refuerza el argumento de aquellos sectores reformistas que reclaman mayor educación para las mujeres, aunque no pongan radicalmente en cuestión que su papel fundamental sea el de la maternidad.
Para superar esta situación de incultura no era suficiente con mejorar el escaso desarrollo de la escolarización y intensificar la formación higiénicade los futuros padres, sino que era preciso emprender campañas de educación y formación para los adultos. La educación higiénica y sanitaria deja de ser exclusivamente un tema de instrucción escolar para convertirse en una cuestión de educación social.
La preocupación por difundir la educación entre los adultos fue el motivo que impulso las actividades de la llamada Extensión Universitaria inspiradas en los principios de la Institución Libre de Enseñanza.
Como es sabido las actividades de Extensión Universitaria, inspiradas en actividades similares que se llevaban a cabo en otros países europeos, tuvieron en España sus orígenes en la universidad de Oviedo a finales del XIX de la mano de un grupo de catedráticos institucionistas que organizaron conferencias abiertas a la participación popular. Inspiradas en un cierto pedagogismo ingenuo y en altas dosis de fe en la cultura, la Extensión Universitaria pretendió acercar las verdades científicas a las clases trabajadoras.
En Cataluña, la Extensión Universitaria nació en 1902 por iniciativa del Catedrático de Medicina y Rector Rafael Rodriguez Mendez de filiación lerruxista que contó con el apoyo de otras instituciones de cultura popular como los ateneos obreros, especialmente los de tendencia reformista. En las actividades de Extensión Universitaria de la Universidad de Barcelona participaron personalidades del mundo universitario y científico como: Andrés Martinez Vargas, medico higienista que destacara también por su interés por los temas ligados a la infancia, Carlos Calleja Borja-Tarrius, August Pi i Sunyer, Tomas Escriche, etc. A partir de su creación se llevaron a cabo actividades en Barcelona y en otras ciudades como Badalona, Sabadell, Mataró y Tarragona. La Extensión Universitaria de la Universidad de Barcelona llegó a contar con una revista propia La cultura popular. Órgano de las Juntas de extensión universitaria de Barcelona y su Distrito Universitario. La iniciativa recibió el apoyo del Primer Congreso Universitario Catalán que se inauguró a finales de enero de 1903. En las conclusiones del Congreso se incluyó un apartado dedicado a la Extensión Universitaria y a las Universidades Populares en cuyo punto primero se dice: “La Universitat traçarà un pla d’extensió de ses ensenyançes, que respongui plenament a les necessitats i exigències de les classes, que per llurs ocupacions o mancança de mitjan, no poden disfrutar els seus beneficis (obrers, dependents de comerç, dones en general, etc.)” (Puig i Reixach, 1977, p.66)
El 1904 se creaba en Mahón una delegación de la Extensión Universitaria del Distrito de la Universitario de Barcelona con el apoyo del rector Rafael Rodríguez Méndez y la financiación del Ayuntamiento de aquella ciudad menorquina. Los animadores del proyecto fueron el médico y funcionario de aduanas Enric Alabern Sáez y el catedrático de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Mahón, José Pérez de Acevedo. Ambos supieron implicar en el proyecto de Extensión Universitaria a una minoría intelectual agrupada en torno a la Revista de Menorca creada el 1888. (Canut, Mª. L.; Amoros, J. L. p. 23).
Conocemos la personalidad de los iniciadores de la Extensión Universitaria menorquina por las noticias que recoge Joan Hernandez Mora – hijo de Francesc Hernandez Sanz otro de los impulsores del proyecto – en la lección inaugural del Ateneo de Mahón en el curso 1980-81. (Hernandez Mora, 1981). Enric Alabern Sáez había cursado la carrera de medicina en Valencia y ingresado en el cuerpo pericial de aduanas. En los años finales del siglo había estado destinado en la frontera de Port-Bou y conociendo las experiencias de Oviedo y de las universidades populares francesas, creó en aquella ciudad catalana una delegación de la Extensión Universitaria. A principios de siglo es destinado a Menorca donde coincide con José Pérez de Acevedo que el 1903 se traslada a Menorca como catedrático del Instituto de Mahón. Pérez de Acevedo había nacido en Cuba y ejercido de catedrático en San Juan de Puerto Rico. Durante sus años de formación en España había participado en las actividades del Ateneo de Madrid y como masón había ocupado la secretaría del Gran Oriente de España. Alabern y Pérez de Acevedo consiguieron implicar en el proyecto a otras personas de tendencias progresistas como el ya mencionado Francesc Hernandez Sanz, profesor del Instituto; el médico Llorenç Pons Marquès; el veterinario Miguel Gomila Jover; el periodista Joan Mir i Mir, que en esta época era uno de los dirigentes del movimiento anarquista menorquín; el maestro Gabriel Comas i Ribas uno de los pioneros de la graduación escolar en Baleares; los farmacéuticos Pedro Gavilán Almuzara y José María Llanas Aguilamiento y el militar Josep Riera Alemany entre otros. (Hernandez Mora, 1981, p. 38).
Las actividades de Extensión Universitaria en Menorca se desarrollaron en los locales del Instituto de Mahón, en algunos otros centros escolares y en Sociedades recreativas y culturales. Las conferencias que se impartieron trataron temas muy como la geografía y a historia, la gimnasia, la contabilidad mercantil, la física, la literatura, el arte o la higiene. (Junta Local de la Extensión Universitaria de Mahón (1908). En 1911 el Ayuntamiento de Mahón retiró la subvención con que dotaba a la Extensión Universitaria y sus actividades quedaron reducidas a algunas conferencias hasta 1914 en que dejó de funcionar. El 1913, Alabern había dejado Menorca destinado a Alicante y Pérez de Acevedo fallecía el 1917.
Fue en el marco de la Extensión Universitaria el que aprovecho Alabern para presentar su proyecto de crear una institución de puericultura y maternología o la Gota de Leche, como se denominaba a estas instituciones. Alabern había conocido directamente estas instituciones en Francia y en sus trabajos hace referencia a los resultados obtenidos por el Dr. Dufour en la población de Fecamp en Francia y a los del Dr. Ulecia y Cardona en el consultorio de niños de pecho creado en Madrid en 1904.
En 1905 en el programa de Extensión Universitaria de Mahón, Alabern impartió tres conferencias bajo el título de “La lucha en pro de la infancia”; “La puericultura y los consultorios de niños de pecho” y “Fundación de la Gota de Leche en Menorca”.
El grupo organizador de la Extensión Universitaria, encabezados por José Pérez de Acevedo y Enric Alabern, pronto consideraron la posibilidad de crear un Ateneo que a imitación del de Madrid diese consistencia y más amplitud a aquellas actividades de Extensión Universitaria. Como ha señalado Josep María Quintana, en la empresa se unieron un colectivo de intelectuales, profesores y profesionales liberales de ideas avanzadas, republicanas y laicas. Su objetivo era el de crear un espacio de debate intelectual libre e independiente de los partidos políticos y especialmente de la Iglesia. Posiblemente para recalcar la independencia política se encargó la presidencia a un militar, sin ninguna filiación política y de sólida formación católica. (Quintana, 1998, p.47). En junio de 1905 quedaba constituido el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón. Alabern fue el encargado del discurso inaugural de la nueva institución definiéndola como: “Capitulo de los doctos. Manifestación de todas las escuelas. Templo de la controversia. Palenque de las más opuestas tendencias. Baluarte de las ideas. Égida del pensamiento. Heraldo del progreso. Corte de la tolerancia. Reinado de la razón y, como encuadrándolo todo, Imperio de la cortesía y del buen gusto.” (Hernández Mora, 1981, p.66). Idea que pronto despertaron la oposición de algunos de los sectores clericales más conservadores.
Al mismo tiempo que se creaba el Ateneo, se impulsaba la constitución de la Gota de Leche. Esta institución contó con el apoyo de diversas sociedades culturales y obreras, así como con la subvención del Ayuntamiento de Mahón y de más de cuatrocientos contribuyentes entre sociedades y particulares que aportaban distintas cuotas. El consultorio, que provisionalmente se instaló en la casa del propio Alabern, contó con local propio a partir de principios de 1906 ocupando unas dependencias del mismo edificio en el que se hallaba instalado el Ateneo.
Para conocer los principios que inspiraban la actuación de Alabern en el consultorio maternológico y cual era su manera de entender la actuación que debía llevarse a cabo con las madres, contamos con las conferencias impartidas en 1905 cuyos resúmenes se publicaron en la obra Historial de la Gota de Leche de Mahón, publicada en 1910 y en la que F. Hernandez Sanz recoge resúmenes de las conferencias impartidas por Alabern y otros documentos relacionados con el consultorio creado. La mencionada obra recoge también dos conferencias más impartidas por Alabern en el Ateneo en enero y marzo de 1907 bajo el título de “Desarrollo actual de la higiene infantil” la primera y “Concepto y función de la Gota de leche” la segunda.
De las muchas causas a las que podía atribuirse los elevados índices de mortalidad infantil Alabern destaca en todo momento la incultura como la más fundamental. Toda su actuación se dirigió fundamentalmente a proporcionar especialmente a las madres, pero también a toda la población la cultura y los conocimientos necesarios para luchar contra esta situación. Ya en el resumen de su primera conferencia en mayo de 1905 se afirma:
“De todos los países de Europa, España es el que tiene mayor natalidad, si se exceptúa Rusia, y en cambio va después de Francia en el aumento de la población. Nacen muchos niños, pero mueren también á millares, en mucho mayor número que en otros pueblos que merecen el calificativo de civilizados. No depende esta espantosa mortalidad de niños de circunstancias físicas del territorio, no depende de fatalidad alguna inevitable; depende, como todos nuestros males, de una causa que podemos combatir y que podemos vencer: depende de la ignorancia” (Hernández Sanz, 1910 p. 26).
Se pregunta Alabern, en esta primera conferencia, incluida en el programa de Extensión Universitaria, cuáles son los instrumentos para actuar contra la mortalidad infantil enumerando como fundamentales: los consultorios de la Gota de Leche, las escuelas de maternología: “en las que se enseñe á las madres ó á las que puedan llegar á serlo, aquellos preceptos científicos conducentes al cuidado de los niños”; las cartillas para las madres: “que resumen en breves páginas las enseñanzas antes señaladas”; y el apostolado o propaganda, al que se dedican médicos y filántropos. Por último, se planteaba el conferenciante ¿contra quién es preciso luchar en favor de la infancia? para responder a modo de síntesis: “Contra la ignorancia y la rutina que son nuestros principales enemigos” (Hernández Sanz, 1910 p. 27).
La formación de las madres, como una forma eficaz de luchar contra la mortalidad infantil y la necesidad de superar el tópico de que con cariño y ternura ya es suficiente para ser una buena madre, será el objetivo de la Gota de Leche mahonesa que destacará José Pérez de Acevedo en el prologo de la obra publicada en 1910 por Hernandez Sanz para dar a conocer las actividades de la institución:
“El nombre de Gota de leche que distingue á nuestra Institución – escribe Pérez de Acevedo- se ha prestado á un error muy generalizado, el de creer que la principal, si no la única de sus finalidades, es la de facilitar leche esterilizada á los niños. Todo lo contrario, la misión principal, el trabajo preferente del Director de la Institución es propagar las excelencias de la lactancia materna y adoctrinar á las madres para que cuiden a sus hijos, añadiendo a la ternura inefable que les infundió la naturaleza, las salvadoras verdades encontradas por a ciencia. Combátese la ignorancia, el mayor de nuestros enemigos, en nuestra institución, que es, antes de nada, una escuela de maternología, porque si bien la maternidad se ha dicho que santifica á la mujer, no la ilustra, y el cariño más acendrado puede llegar y llega, cuando va guiado por las preocupaciones y los errores vulgares, á deplorables resultados. Prueba que la misión principal de la Gota de leche es educativa, que el menor número de los que á ésta concurren es de lactancia artificial. Los biberones de leche maternizada que el doctor Alabern prepara con tan minucioso esmero, no son armas preferidas en la lucha en favor de los niños, sino aquellas que no se han de emplear más que en último extremo y en muy contados casos” (Hernandez Sanz, 1910, p. VI).
Alabern, como la mayoría de los médicos higienistas de esta época, insiste en la influencia de los hábitos alimenticios en la salud de los niños ya que considera que la causa evitable más frecuente de la mortalidad infantil son los trastornos gastro-intestinales que incluso pueden estar en la base de otras muertes que en las estadísticas pueden estar atribuidas a otras causas: “El enemigo que, por consiguiente, hay que combatir en el niño es el trastorno gastro-intestinal. De aquí que se imponga el corregir ó rectificar con arreglo á preceptos higiénicos fijos y bien establecidos, el régimen de lactancia ya sea materna, mercenaria o artificial” afirmaba Alabern en una carta dirigida a algunos de sus cooperadores en junio de 1905. (Hernández Sanz, 1910, p. 51).
En una de sus conferencias en el Ateneo en 1907, Alabern analiza los datos de mortalidad general e infantil de España y los compara con los de Baleares y con los de la ciudad de Mahón. Constata, con los datos de que dispone, que la mortalidad infantil en Baleares y más aun en Mahón, es baja comparada con otras provincias españolas, fenómeno que la moderna historiografía, se ha encargado de recalcar. ( Dopico, 1985). Aun así, la mayoría de los fallecimientos de niños menores de cinco años, un 83’56%, son menores de dos años. Estos datos le sirven para reforzar sus argumentos a favor de la actuación sanitaria e higiénica y de información a las madres en la etapa del amamantamiento. (Hernández Sanz, 1910 p. 48). En esta misma conferencia Alabern deja entrever sus concepciones demográficas pronunciándose en contra de las tesis neomaltusianas2 cuyo contenido resume con crudeza, como partidarias de eliminar -tal como hacían los lacedonios, dice- los individuos defectuosos o enclenques. El posible conflicto entre los intereses sanitarios individuales y públicos no puede solucionarse, a su entender, mediante fórmulas drásticas que sacrifiquen los intereses individuales a los públicos sino mediante el desarrollo de la asistencia higiénica y de protección de la infancia. (Hernández Sanz,1910 p. 49).
Conclusiones.
El estudio de la creación de la Gota de Leche de Mahón ha permitido poner de manifiesto la relación existente entre ideas higienistas, pensamiento demográfico y regeneracionismo educativo en los primeros años del siglo XX. El recobrado optimismo pedagógico que caracteriza los años posteriores a la crisis de final de siglo se manifiesta en los más diversos campos de la actuación política y social. En el caso de la Gota de Leche de Mahón, la voluntad de incidir educativamente más allá de la escuela se centra en la preocupación higienista y poblacionista para plantear un programa de educación social que se canaliza a través de la Extensión Universitaria, del Ateneo y del consultorio maternológico creado por Alabern.
Notas.
1 El Reglamento de las Escuelas Públicas de Instrucción Primaria elemental, de 26 de noviembre de 1838, inspirado por P. Montesino y que regia el funcionamiento de estas escuelas hasta la Ley Moyano y sobre cuyo contenido eran examinados los aspirantes a maestros y maestras insiste en la importancia de inculcar en los niños el hábito de la limpieza, necesidad que se justifica por cuestiones sanitarias y morales: “Nadie ignora que muchas enfermedades de las que afligen al pueblo y colman su miseria, provienen de la suciedad en que por absoluta necesidad alguna vez, y frecuentemente por abandono, viven generalmente. Todos saben que la limpieza es necesaria para la salud; más no todos conocen igualmente su influencia en el carácter moral de los individuos” (Ministerio de Educación y Ciencia, 1985, p.166).
2. La polémica en el seno del colectivo higienista entre poblacionistas preocupados por mantener los niveles de natalidad y los neomaltusianos partidarios de reducir las altas tasas de mortalidad mediante el control de la natalidad, llego a ser muy intensa en el Primer Congreso Nacional de Sanidad celebrado en Madrid en mayo de 1934 como ha demostrado J. Bernabeu Mestres, en su trabajo “El pensament demogràfic dels higienistes espanyols en els anys de la transició, 1898-1947” (Bernabeu, s.d.)
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